Gullfoss

Gullfoss no es solo la catarata más conocida de Islandia, sino también una de las más llamativas y sorprendentes debido a su cascada doble de 31 metros de altura en total

Ubicada en el extremo este del Círculo Dorado, Gullfoss se ha consagrado como la cascada más célebre de Islandia. Además de enmarcarse en esta ruta turística tan popular, Gullfoss ha conquistado a turistas e islandeses por la fuerza que derrochan sus saltos de agua y el impresionante paisaje que forman tanto en invierno como en verano.

De hecho, Gullfoss significa “cascada de oro”, para lo cual existen diversas teorías. La primera de ellas afirma que el origen del nombre se debe a la luz dorada que reflejan sus aguas durante el atardecer. En ese sentido, otra hipótesis afirma que es conocida como “cascada dorada” por el arcoíris que se forma cuando la luz solar atraviesa las partículas de agua que quedan suspendidas en el aire en sus cascadas.

La tercera posible explicación, de un carácter más legendario, afirma que hace muchos años vivió en la zona un granjero llamado Gýgur, un hombre que con el paso de los años había obtenido una enorme cantidad de oro. Gýgur, en vez de disfrutar su riqueza en vida, se preocupaba constantemente por saber qué pasaría con su oro cuando él muriese… Dado que no soportaba la idea de que alguien pudiera arrebatárselo una vez muerto, optó por guardarlo en un cofre y lanzarlo a las profundidades de la cascada. ¿Seguirá todavía oculto en Gullfoss el tesoro de Gýgur?

Doble ración de cascadas

Gullfoss está compuesta por dos cascadas que llevan una media de 109 metros cúbicos de agua por segundo. La primera de ellas, en la parte más alta de las cataratas, mide aproximadamente 11 metros. Tras caer por aquí, el agua se encuentra con otro salto aún mayor: la segunda cascada de Gullfoss mide 20 metros, de forma que la totalidad de ambas suman 31 metros de altura.

La explicación a este fenómeno se debe a la particular geografía islandesa. En la tierra de esta zona, existen diversas capas compuestas de distintos materiales, siendo algunos más duros que otros (como la lava basáltica.) Esto provocó que la fuerza del río Hvitá erosionase los distintos estratos de forma distinta, tallando así poco a poco los escalones que hoy vemos perfectamente reflejados en Gullfoss.

Si tenéis planeado visitar Gullfoss en invierno, es recomendable que llevéis crampones para disfrutar de la experiencia cómodamente.

¿Cómo llegó el turismo a Gullfoss?

La historia de Gullfoss como atracción turística de Islandia comenzó en torno a 1875, ya que antes de entonces resultaba prácticamente imposible acceder a ella. Sin embargo, a finales del siglo XIX Sigrídur Tómasdóttir, junto con algunas de sus hermanas, se encargó de construir el primer sendero que permitía bajar hasta la cascada, haciendo así posible el disfrute de Gullfoss para todo el mundo.

Por ello, en las inmediaciones de la catarata podemos encontrar desde 1979 una escultura y un panel informativo que sirven para rendirle homenaje.

¡Gullfoss estuvo en peligro!

Tras la llegada de turistas a Gullfoss, la majestuosidad de su paisaje y la enorme furia de su caudal se hicieron muy populares en Islandia y alrededores. Tanto fue así, que un grupo de inversores extranjeros decidió construir en la década de los años 20 una presa hidroeléctrica en sus saltos de agua, para así poder aprovechar la fuerza de la naturaleza para generar energía y electricidad.

Sin embargo, los promotores se toparon con la negativa del propietario de las tierras y su familia, por lo que decidieron acudir al gobierno islandés que sí les permitió la construcción de la presa. Ante esta situación, la misma Sígridur Tómasdóttir (que era la hija del propietario) decidió caminar descalza desde Gullfoss hasta Reikiavik como forma de protesta, amenazando incluso con suicidarse en la catarata si el proyecto continuaba.

Las medidas de protesta surtieron efecto y la presa no llegó nunca a construirse, por lo que Gullfoss se salvó y permaneció inalterada hasta 1979, año en el que se convirtió en una reserva natural y uno de los principales reclamos del Círculo Dorado.

¿Cómo llegar a Gullfoss?

La cascada de Gullfoss se encuentra a 120 kilómetros al nordeste de Reikiavik y a 70 y 10 kilómetros de Thingvellir y Geysir, respectivamente. Para llegar hasta allí es necesario alquilar un coche y conducir por la carretera 36 hasta llegar a la 365, para después seguir por la carretera 37 y acabar en la carretera 35.

Otra opción es contratar una excursión organizada, que podéis reservar con antelación a través de nuestra web. Esta excursión por el Círculo de Oro de Islandia incluye la visita a Gullfoss, el transporte y un guía bilingüe: